Entrevistamos a Borja Boada, CEO de Fudeat

El impacto del coronavirus en todo el sector MICE ha sido muy fuerte, ¿cómo habéis sobrellevado en Fudeat esta situación?

El 2020-2021 ha sido un año donde se han visto limitadas nuestras libertades de movimiento, y, por tanto, se ha paralizado la actividad social como son las reuniones y celebraciones. Como consecuencia, el sector del catering ha sufrido un descenso superior al 30% de facturación, llegando al 70% en el subsector MICE.

En nuestro caso, y gracias a nuestros clientes, proveedores, equipo y la especialización en el catering corporativo, hemos conseguido un crecimiento cercano al 20%. En parte, debido a la rápida respuesta que tuvimos a la situación desde que se decretó el estado de alarma el año pasado. Supimos cambiar toda nuestra oferta, ajustándola a formatos individuales, aplicando el protocolo Covid, sin pedidos mínimos, con flexibilidad de cancelación o cambio y escuchamos a nuestros clientes para sacar nuevas líneas de negocio, como por ejemplo la Cantina Virtual (Menú del Día para los empleados que sí estaban yendo a la oficina) o las Cajas Regalo para eventos virtuales que nos han dado unos magníficos resultados. Podríamos decir que hemos aprovechado esta circunstancia para reforzar nuestra propuesta de valor y seguir invirtiendo en tecnología y procesos de cara a continuar apoyando la digitalización del catering corporativo.

¿Cómo percibís lo que queda de 2021 y el próximo año 2022?

Con los ritmos de vacunación y la relajación en las medidas restrictivas del Gobierno esperamos un último cuatrimestre muy positivo. La gente está con ganas de juntarse, con precaución, y celebrar, porque si algo nos ha enseñado esta situación es que hay que aprovechar y disfrutar cada día. Esperamos que el segmento del catering particular tenga un repunte muy positivo, aunque no esperamos eventos tan numerosos como antes del Covid-19; pero poco a poco el número de asistentes esperamos que vaya subiendo.

Respecto al catering corporativo, diferenciamos el día a día en las oficinas dónde nos va a tocar tener en cuenta que el teletrabajo y la flexibilización del puesto de trabajo va a estar presente, por lo menos hasta final del 2021 y seguramente se quede para siempre. Jornadas de 2 días casa / 3 oficina o similar va a ser la tónica. Por ello, creemos que esos días en los que la gente vaya a la oficina tienen que ser días ilusionantes y productivos; que permitan a la gente interactuar, organizar reuniones creativas y que los empleados vuelvan a conectar con sus compañeros y con la empresa. Somos unos fervientes defensores del poder que tiene la gastronomía en la unión de las personas.

Los eventos corporativos, masivos, pensamos que van a ser los últimos en recuperarse porque al final las empresas siempre van con pies de plomo. Dicho esto, el sector está preparado para organizar eventos de mayor dimensión con protocolos exhaustivos que garanticen que se cumplen con todas las medidas de seguridad. Quizás en este apartado es donde tengamos menos datos y mayor incertidumbre de cuándo será el momento en el que se restablezcan con total normalidad, tal y como los conocíamos, pero las ferias organizadas en Ifema o el Mobile World Congress son una buena señal.

¿Cómo veis “La nueva normalidad”? ¿Será como la vida “pre-Covid” o diferente?

Nosotros pensamos que todo ha cambiado y que lo nuevo será diferente. Aún no hemos recuperado una cierta normalidad, ni ha dado tiempo a asentar el protocolo de actuación social para saber si es mejor o peor que antes del Covid-19. Pensamos que lo que sí que ha conseguido esta situación es que valoremos más la vida, a nuestros familiares y amigos y que no se puede dejar para mañana nada. Cada día tiene que aprovecharse al máximo. Dentro de este aprovechamiento del tiempo quizás lo que más vaya a cambiar sea la relación empleado / oficina y los viajes corporativos. La conciliación laboral / vida familiar ha cogido mucho impulso y ahora la gente quiere trabajar pero no perder el tiempo que pudiera dedicar a otras cosas de mayor valor añadido.

Actualmente, ¿existe una normativa clara y específica para catering en el mundo eventos? ¿Cómo ha sido?

Tanto desde la AEC (Asociación Empresarial del Catering), de la que somos miembros, como desde Fudeat venimos diciendo que el sector del catering ha sido el gran damnificado y olvidado en esta situación porque no somos específicamente hostelería o restauración. No hay una normativa nacional y cada Comunidad Autónoma ha tenido que aplicar, lo que, a su juicio, eran las mejores medidas.

Dicho esto, el sector del catering ha sabido demostrar que se pueden realizar eventos seguros, llegando a implantar protocolos que estaban muy por encima de las exigencias sanitarias establecidas por la normativa.

¿Cómo generar confianza y seguridad en el cliente en estos tiempos con un servicio tan imprescindible y al mismo tiempo tan exigente? 

El sector del catering es un sector altamente regulado, con un real decreto [R.D. 3484/2000, de 29 de diciembre (BOE 12 enero 2001)] específico para el sector. Un R.D. que establece las normas de higiene para la elaboración, distribución y comercio de comidas preparadas. Por ello, un catering profesional genera confianza y seguridad porque el cliente sabe que se trabaja bajo unos estándares muy exigentes.

Asimismo, y durante la pandemia, y post-pandemia, el sector ha reforzado los protocolos, implantando incluso medidas que van más allá de las recomendadas o establecidas. Por ello es fundamental, necesario y suficiente, trabajar con empresas profesionales que permitan a los organizadores del evento contar con la mayor seguridad y certidumbre.

¿Ha cambiado Fudeat en esta nueva realidad?

Si, mucho. El equipo ha crecido profesionalmente dándolo todo en escenarios de máxima incertidumbre. De lo que más orgulloso me siento es de haber salido de esta situación juntos, apoyándonos mutuamente, trabajando codo con codo para remontar la actividad. Asimismo, hemos sabido aprovechar el tiempo, sacando nuevas líneas de negocio que refuerzan nuestra propuesta de valor y hemos invertido en tecnología para digitalizar procesos y conseguir que el sector no se estanque y se suba a la ola de la digitalización.

¿Consideráis que los eventos híbridos se van a quedar o ya vuelve lo presencial y el cara a cara?

Creo que aún nos queda tiempo para convivir con ambos mundos. Cada uno de ellos tiene sus ventajas e inconvenientes y quizás la flexibilidad que demanda la gente es lo que imprime mayor complejidad en la operativa. Es un reto, es complejo pero la gracia del servicio es saber adaptarse a las tendencias. Si no lo haces, te quedas fuera.

Dicho esto, creo que tener eventos híbridos, virtuales o presenciales lo único que es seguro es que esto aumenta el número de eventos en general, por lo que las empresas que sepan cubrir las tres tipologías de evento se llevarán el gato al agua.

Dicen que detrás de cada crisis hay una gran oportunidad, ¿ha beneficiado de alguna forma esta pandemia a Fudeat?  

Es difícil sacar cosas positivas de esta situación, porque el desgaste físico y emocional ha sido muy alto. Supimos reducir el proceso de negación, aceptación y ejecución a tiempos muy cortos lo que nos dio una ventaja respecto a nuestros competidores. Decidimos sacar nuevas líneas de servicio que, pensamos que no van a ser coyunturales. Asimismo, hemos invertido en tecnología para agilizar procesos y acortar los tiempos de respuesta.

Seguramente sin esta situación nunca hubiéramos desarrollado estas líneas, ni hubiéramos invertido en hacernos cada vez más digitales, por lo que podríamos decir que hemos aprovechado el tiempo y que de la crisis hemos obtenido una gran oportunidad.

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